Transcurría la tarde noche, llegué al centro comercial más cercano con mi mujer, queríamos comer y buscar algo que nos llamara la atención para comprar.
Después de comer dentro del centro comercial, seguimos caminando y entramos a una de sus tiendas para ver que nos gustaba y podríamos llevar, al poco tiempo se empiezan a escuchar unos gritos de un nombre como si estuvieran buscando a alguien. Al percatarme de la situación me di cuenta que buscaban a un niño.
El tiempo pasaba, la búsqueda se volvía persistente y cada minuto más que corría se volvía angustiante, algunas personas siguieron normal comprando, en su mundo, sin darse cuenta o no prestar atención a lo que estaba ocurriendo, otros por el contrario quisieron unirse a la tarea de buscar a ese niño que se había perdido o mejor dicho, niña por el nombre que mencionaban correspondia a una niña.
Al ver el panorama de la situación quise mantenerme cerca de lo que ocurrió y de manera silenciosa, perspicaz y analítica emprendí la búsqueda de la niña.
Desde mi postura profesional analice la situación, imagine que tipo de niña buscábamos; ¿edad? ¿que podría estar haciendo? ¿Estará jugando al escondido? ¿Cuál es la sesión del almacén que le llamaría más la atención? En que lugar del almacén estaban los padres cuando se les perdió? Que tipo de lugar usaría una niña para esconderse?. Así y otras series de preguntas que me hice mientras Transcurría la búsqueda de la niña y miraba los sitios donde creía yo desde mi análisis psicológico que podría encontrarla.
La verdad fue que la encontré, una niña de 3 a 4 años de edad escondida muy bien en medio de los tendederos de toallas que son de forma redonda y utilizados por el almacén como exhibición, allí yo encontre a la niña de pie.Cuando me acerco y abro las toallas exibidas pude observar a la niña un poco asustada y con temor de darme la mano, después que me agaché y le dije que su mamá la estaba buscando, un poco temerosa me dio la mano y enseguida empecé a llamar a la gente que estaba cerca para dar aviso que la había encontrado.
Rápidamente llegaron un señor que aparentaba ser el padre y su mamá muy angustiada, con los ojos enrojecidos de tanto llorar, con su voz temblorosa y nerviosa empieza a desbordar palabras sin sentido, hablándole a la niña el porqué se alejo de ellos.
Se preguntarán porque deje de hacer lo que estaba haciendo para ayudar a buscar a la niña extraviada? La verdad me generó mucha empatia la angustia de los familiares de la niña que entre más transcurría el tiempo el temor y la sosobra de no encontrarla era mayor, a sus papás se les escuchaba la derrota en la voz mientras gritaban el nombre. Pero yo fui más objetivo, vi el panorama sin que me afectará el miedo y me cegara el temor de no encontrarla, como seguramente pasaba con sus familiares y era lo normal. Y en segunda instancia no era lo mismo seguir comprando y viendo lo que me gustaba sabiendo que había una niña perdida y la estaban buscando, todo eso perdió la gracia mientras duró la búsqueda.
Los niños viven su mundo, sus forma de jugar son acorde a las edades, algunos padres son un poco descuidados y en un abrir y cerrar de ojos los niños se pierden sobre todos si son niños exploradores, que le gustan ciertos juegos y los padres desconocen la manera de jugar de sus hijos.
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