Recientemente en Colombia se ha pronunciado una nueva Ley acerca del aborto, donde la práctica del aborto se puede realizar hasta las 24 semanas.
Antes que esta ley fuera aprobada se podía notar que había cierta inclinación favoreciendo a que la mujer tuviera la libertad de decidir en su cuerpo, en la decisión de tener o no a un hijo. Ahora el foco de la discusión se ha desviado un poco en el plazo dado para tomar esta decisión durante su embarazo, para algunas persona esto le ha resultado desalmado, aberrante y sin sentido abortar hasta las 24 semanas de gestación.
En un artículo publicado por la revista BBC, Investigadores británicos sostienen que no hay evidencia médica que muestre que los fetos sientan dolor en el útero antes de las 24 semanas.
Aun así sabiendo lo que dice la evidencia científica, queda otro factor a discutir, la moral de las personas, la conciencia de que ya un feto de 24 semanas o 6 meses, es un ser vivo que ya está formado, puede tener un tamaño promedio de 24 centímetros, pesar más de medio kilo, hacer movimientos oculares, entre otra características que resaltan el desarrollo de esta etapa.
La ley queda fijada para poder llevar a cabo un abortar hasta las 24 semanas, eso dice la ley, pero la ley no te dice que debes esperar hasta las 24 semanas para tomar la decisión de hacerlo.
Es evidente que la práctica del aborto se ha realizado por siglo, en estos tiempos, creo que lo que se busca es que se practique de manera segura y digna. Tomar la decisión de abordar es un seceso que podría traerte consecuencias tanto físicas como psicológicas, el solo hecho de pensar en tomar esta decisión por falta de recursos, apoyo familiar, edad, estilo de vida, te lleva a una tensión emocionales, ansiedades y frustraciones, que repercutirán en otros factores de la vida.
Seguir con tu vida después de haber practicado un aborto es otra situación que se debe de analizar, porque no todas las personas poseen las herramientas intrapersonales para poder afrontar culpas, temores, enojos y arrepentimiento que pueden interferir en el bienestar emocional y llevar a un desbalance y desequilibrio psicológico de las personas.
Es evidente que la ley queda corta, al no diseñar una ruta de apoyo donde el factor fundamental sea el acompañamiento de profesionales de la salud mental, que puedan brindarle las herramientas intrapersonales, psicológicas y consigan preparar a estas personas para que logren tener una transición satisfactoria al momento de tomar la decisión de abortar y evitar consecuencias negativas tanto físicas como psicológicas.
Al final la mejor decisión es tu bienestar psicológico y emocional.
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